La música volvió a ser la protagonista ayer martes, 14 de mayo, de la programación de San Isidro, con propuestas de los más variados estilos, desde el proyecto Belenciana, que puso a bailar a varias generaciones en La Pradera, a la gran dama del indie español, La Bienquerida, que mostró su último trabajo, Fuego, en este mismo escenario, o al concierto de Anni B Sweet, que volvió a brillar con luz propia dentro de universo pop, en la Plaza Mayor. Y en la Plaza de Oriente un espectáculo sobre la naturaleza submarina.

Naturaleza submarina
La Plaza de Oriente fue escenario de un singular espectáculo, Pez Esfinge, fruto del trabajo de investigación del artista Elías Aguirre sobre los detalles de la naturaleza submarina que pasan inadvertidos, lo que aparentemente está inmóvil: peces que parece quietos pero nadan contracorriente, peces invisibles sobre su color camuflado. Aguirre sumergió a los asistentes en este mundo submarino a través de sus variadas facetas: bailarín, coreógrafo, fotógrafo y artista plástico. Todo puesto al servicio de esta recreación de la naturaleza que se oculta bajo el mar.

Belenciana y la Bien Querida en La Pradera
La pradera de San Isidro fue otra noche más uno de los escenarios más musicales de San Isidro. Cientos de personas disfrutaron del baile con el proyecto sui generis de José Battaglio (Los Esqueletos/La Frontera) y Belén (bajista de Las Chillers), cuyas melodías pegadizas y una cuidada producción musical exploran el mundo de las relaciones desde el lado más bailable. Un concierto muy especial para unir generaciones. 

A continuación, la gran dama del indie español, La Bien Querida, mostró su último trabajo, Fuego, con el que ha vuelto a revolucionar la escena musical. Una magnifica colección de canciones con temas implacables y melodías directas que supone una vuelta al pasado a golpe de futuro.

Anni B Sweet en la Plaza Mayor
La malagueña presentó ayer ante el público congregado en la Plaza Mayor su primer trabajo compuesto íntegramente en castellano, un disco lleno de estribillos ‘infecciosos’ y arreglos de electrónica retrofuturista salpicado de tintes neopsicodélicos. Con este trabajo, producido por James Bagshawm, líder y cantante de los británicos Temples, Annie volvió a brillar con luz propia dentro de universo pop.