Antigüedades, artículos de decoración, bisutería y moda son algunas de las propuestas de El Rastrillo Nuevo Futuro, que, este año, estrena sede en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo. Serán más de 8.000 metros cuadrados de exposición, atendidos por un millar voluntarios. Esta apuesta solidaria, que se celebra del 21 al 30 de noviembre, cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, a través de la empresa Madrid Destino. Cultura, Turismo y Negocio.

El Pabellón de Cristal es uno de los exponentes de la mejor arquitectura española contemporánea. Construido en el año 1965, según proyecto de Francisco Cabrero, en colaboración con los arquitectos Jaime Ruiz y Luis Labiano, es versátil, polivalente y funcional. Es un edificio emblemático en Madrid, preparado para acoger actividades feriales, culturales, económicas y deportivas, en plena corazón de la Casa de Campo.

Los visitantes que se acerquen al pabellón municipal encontrarán 70 puestos con posibilidades para todos los gustos. Podrán disfrutar de un excelente plan pre-navideño, con la oferta gastronómica que brindan algunos de los mejores restauradores de la ciudad, así como adelantar alguna compra.

Una gran labor social
Nuevo Futuro es una asociación que acoge a menores privados de un ambiente familiar o con graves problemas sociales para favorecer su desarrollo integral. Con el dinero obtenido en su rastrillo, que celebra este año su 46 edición, puede financiar los 111 hogares y centros de acogida que tiene en España, Portugal, Colombia, Santo Tomé, Perú y Senegal.

Desde que la asociación comenzó a funcionar, en 1968, ha proporcionado asistencia a más de 7.000 menores. Para ello, cuenta con un amplio equipo formado por más de 5.000 personas, entre profesionales, voluntarios y colaboradores. Sólo el año pasado, la ONG proporcionó un hogar a 763 menores en nuestro país.

Una sede privilegiada
El Pabellón de Cristal ofrece la posibilidad de realizar cualquier iniciativa empresarial. Está dividido en tres plantas y cuenta con unas vistas espectaculares del Palacio Real y la catedral de la Almudena. Dispone de un aparcamiento y en transporte público está perfectamente comunicado con el resto de la ciudad./