El proyecto se presenta mañana 19 de noviembre en CentroCentro

Oscuro y LUCIENTES, el enigma de la desaparición del cráneo de Goya

Oscuro y LUCIENTES, el enigma de la desaparición del cráneo de Goya

CentroCentro acogerá mañana (jueves, 19 de noviembre; 19h) la presentación del proyecto Oscuro y LUCIENTES, un documental de creación centrado en la figura de Francisco de Goya y el enigma de la desaparición de su cráneo tras su muerte.

Escrito y dirigido por Samuel Alarcón, el documental recorre las ciudades en las que vivió Goya, centrándose en Madrid, y recupera imágenes fotográficas, obras pictóricas, documentos, manuscritos así como piezas clave de colecciones de museos, con especial atención en la obra de Jean Laurent, pionero de la fotografía industrial en España, que vivió obsesionado por la vida y obra del pintor.

El proyecto, producido por Mayi Gutiérrez Cobo, fue presentado en la XI edición del Foro de coproducción de Documentales Lau Haizetara dentro del festival de Cine de San Sebastián, y se encuentra en fase de desarrollo. Se presenta dentro de la programación paralela de la exposición Ignacio Zuloaga y Manuel de Falla. Historia de una amistad, con la colaboración de Museo Ignacio Zuloaga-Castillo de Pedraza, al hilo de la gran admiración de Zuloaga por la obra de Francisco de Goya y de su persona.

Un enigma sin resolver
Tras una agonía de 13 días, Francisco de Goya y Lucientes falleció el 16 de abril de 1828 en Burdeos. Rodeado de compañeros liberales exiliados, su cuerpo fue enterrado en el cementerio bordelés de la Grande Chartreuse. Nadie desde España, ni siquiera su familia, reclamó su cuerpo. Pasaron décadas hasta que el Cónsul español en Burdeos, Joaquín Pereyra, encontró por casualidad el panteón de Goya convertido en ruina. Tras varios años de trámites, en 1888 consiguió el permiso para exhumar el cadáver y trasladarlo a España. Pero al abrir la lápida, la sorpresa de todos los allí presentes fue grande: la tumba había sido forzada y el cráneo de Goya robado. ¿Quién querría su cabeza y con qué fin?

Aquella exhumación fue inmortalizada por un fotógrafo francés, llamado Jean Laurent. Fueron sus últimas instantáneas y no por casualidad: Laurent vivió obsesionado con Goya. Hizo su obra fotografiando cada uno de sus cuadros. También plasmó el retorno de sus restos a Madrid en 1900 y el aspecto de la tumba que le esperaba en el cementerio de San Isidro. 

La desaparición de la cabeza comenzaba a tomar tintes de leyenda cuando un pequeño lienzo con el retrato de una calavera apareció en un anticuario de Zaragoza. Titulado "Cráneo de Goya pintado por Fierros" y fechado en 1849, nadie entonces podía sospechar del robo hasta que lo descubriera Pereyra cuarenta años después... Salvo que tuviera el cráneo en su poder. ¿Quién fue Fierros y cómo llegó a él la calavera? Fierros fue protegido del marqués de San Adrián, el más influyente mecenas de Goya en el exilio de Burdeos. Fierros murió antes de que el cuadro saliera a la luz, llevando a la tumba varios enigmas. ¿Organizaron el marqués y el pintor el expolio del cráneo? ¿Fue pintado para el aristócrata y se lo quedó el pintor como pago?